Identikit 2. Javier Felix. 2019
Esta pieza nace como una Wunderkammer desviada, un gabinete de curiosidades del siglo XVI–XVII reconstruido desde la torpeza contemporánea. Aquí no hay ciencia ni conquista: solo una etnografía ridícula y fantasiosa, hecha de restos, cuerpos inconclusos y categorías que ya no sirven para ordenar nada.
Cada compartimento intenta clasificar lo incalificable, como si un coleccionista despistado hubiera tratado de comprender un mundo roto con herramientas equivocadas.
El resultado es un archivo absurdo, un museo íntimo donde lo humano, lo mítico y lo doméstico se mezclan sin pedir permiso. Una mirada irónica —casi parriana— a los viejos impulsos de catalogarlo todo, incluso aquello que nunca obedeció a ninguna etiqueta.




Comentarios
Publicar un comentario